Mario Escobar

Rasta siempre fue un misterio para mí durante las clases que compartimos, ella como estudiante y yo como profesor. Unas veces era muy activa y en otros, parecía como ausente, pero lo más importante es que siempre respondía a lo que las clases requerían. 

Trabajar con Rasta es navegar por terrenos que a veces te confunden, pero también te sorprenden, sobre todo porque observas a una mujer que ama lo que le apasiona y que va a su propio ritmo. Varias veces me generaba inquietud el hecho de que se tomara las cosas con tanta calma, casi como con desinterés y para mi sorpresa, siempre estaba atenta, o por lo menos eso es lo que proyectaba. 

Fue una de mis estudiantes en la clase de principios de actuación II, que dictamos junto a la maestra Brunilda Zapata, allí Rasta demostró su profundo interés por el arte de la actuación y especialmente por el campo de la comedia. Su desparpajo, su energía arrolladora y su carisma hacían que llamara la atención con gran facilidad. 

Ya en el ciclo profesional, nos cruzamos en dos ocasiones en la clase de Técnica básica de clown. En esta clase, se busca que el estudiante desarrolle las destrezas técnicas para la ejecución en el lenguaje del clown y gracias al entrenamiento intenso, que se ejecuta en las sesiones, cada ejecutante va fortaleciendo su práctica y además va encontrando esas particularidades que les hace ser cómicos y únicos en el escenario. Rasta, navegó con los miedos normales cuando se aborda esta técnica, tuvo sus momentos de crisis y sus preguntas siempre generaban interés tanto en el docente como en sus compañeros.  

Nuestro siguiente encuentro, fue en el ensamble de creación interdisciplinar en el ciclo 2230, en donde en compañía de la Maestra Carolina Mejía Garzón, acompañamos el montaje de la obra En la raya, creación colectiva con dramaturgia del Maestro Santiago García, en compañía con el Teatro La Candelaria. La obra cuenta la historia de un grupo de habitantes de calle, que, por invitación de una ONG, deben hacer una versión teatral del libro Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez. En la ficción, el proceso de montaje es un desastre por los conflictos que hay al interior del grupo, pero, sobre todo, por la inexperiencia en la interpretación teatral que tienen los personajes. En la realidad, también tuvimos nuestras propias crisis y ahora en retrospectiva, siento que el número elevado de ejecutantes no permitió que el proceso hubiera sido más efectivo, pero ese es otro tema.

En el proceso de creación de la obra, Rasta vivió momentos de angustia, mi sensación era que en ese momento no tenía una comprensión clara del personaje y eso sumado a que compartía el rol con otros dos ejecutantes, no la motivaba tanto a como si hubiera tenido que hacerlo sola. (Que más de dos ejecutantes hagan el mismo personaje son decisiones a las que a veces nos vemos abogados los directores cuando el número de ejecutantes es elevado.)  Tengo también la sensación de que Rasta esperaba que este ensamble fuera específicamente de clown y aunque los personajes tenían rasgos cómicos, no era una obra de payasos. 

Fue un reto interesante para ella y para todo el colectivo, al final puedo resolverlo y estoy seguro de que pudo fortalecer sus herramientas como ejecutante. 

He visto a Rasta en otros ensambles y observo a una actriz que transmite una bella aura, una actriz que tiene claro que la formación en el oficio nunca termina y que estoy seguro va a seguir forjando su camino con disciplina y rigor.

Es una actriz que en términos del lenguaje del clown comprende los roles del Blanco y del contraaugusto, pero especialmente el del Augusto, que como ella misma lo percibe, “…es un organizador diario solo con las fechas escritas. Se tropieza con su propio pie, olvida lo que iba a decir (como el típico marihuanero) y, aun así, ¡todos lo aman! Porque en el fondo, queremos ser como él: libres, ridículos y eternamente confundidos. Augusto es el alma del relajo, el que le más queso a la arepa.”

Te deseo lo mejor en tu camino y que siempre esté presente el relajo.

JORGE MARIO ESCOBAR